Nos cuesta trabajo decidirnos por un tipo de juguete: de construcción, simbólico (muñecas, coches...),

En cualquier caso, los niños se encuentran atraídos por los juguetes y se divierten con ellos y es aquí donde radica la eficacia del juguete para estimular su aprendizaje y desarrollo. Por eso debemos elegir juguetes que verdaderamente sirvan de apoyo en los juegos de los niños y niñas, teniendo en cuenta su momento evolutivo. Muchas veces escogemos juguetes demasiado complicados, o poco interesantes para ellos porque en realidad es el que nos ha gustado más a nosotros.
Así que tengamos en cuenta que un juguete ha de ser empleado para estimular diferentes tipos de desarrollo:
- Desarrollo sensorial: Lleva al niño al conocimiento de su entorno a través de los sentidos: tacto, vista, oído, olfato y gusto, y por tanto podremos elegir juegos de estimulación sensorial como juguetes con colores vivos, musicales o diferentes texturas.
- Desarrollo motor: donde pueden desarrollar y estimular su motricidad tanto del desarrollo de movimientos de todos los músculos del cuerpo y su coordinación (como el gateo, correr, saltar, caminar...), como de movimientos más finos y de precisión manual, donde podemos elegir juegos de encajar, construir, dibujar...
- Desarrollo del conocimiento: en este tipo de juegos perseguimos el objetivo de estimular la atención, la memoria y la solución de problemas (juegos de mesa y construcción). También están en este ámbito, los juegos de creatividad e inventiva y del desarrollo del sentido musical, juegos sonoros, dibujos, ...
- Desarrollo social con juegos colectivos con aceptación de normas y estrategias sociales.
Hasta los tres años, la evolución del niño y de sus juegos está marcado por factores sobre todo sensoriales. Durante los primeros meses es sólo capaz de seguir objetos con su mirada y el color adquiere un papel decisivo. Después comienza a entusiasmarse con los sonidos, a descubrir el placer de tocar y morder para pasar después a juegos de equilibrio y desarrollo sensoriomotor.

Pero independientemente de la importancia que tiene el juego en nuestros hijos, no olvidemos que los mejores juguetes somos nosotros como padres y madres. El papel de padres y madres como agente socializador es indiscutible y por tanto hemos de plantearnos que el juego ha de ser un vehículo para las relaciones padres-madres e hijos. Somos nosotros los que podemos ayudar a estimular todas estas áreas de desarrollo utilizando para ello el juego que es el mejor método para aprender.
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