Pues bien, no pasa lo mismo para nuestros hijos e hijas. Para ellos, el período vacacional no es más que un período muy gratificante porque están en casa, reciben regalos, y digamos que las normas se relajan un poco.
Es bueno que seamos flexibles con nuestros hijos y que disfrutemos de ellos sin tener que estar todo el tiempo pendientes de la rutina, pero muchas veces eso repercute en que les cueste volver a ellas.
Los primeros días de cole, después de las vacaciones de Navidad, están marcados muchas veces por retrocesos en algunos de los comportamientos que tenían adquiridos (sobre todo en los más pequeños), y muchas veces hay que volver a "ordenar" las cosas, como hacemos nosotros cuando llega el año nuevo.
Para ayudarles a reordenarse tenemos que hacer hincapié en todo aquello que ya habían adquirido y que está ahí solamente dormido y esperando a que volvamos a activar.
Hay niños que echan de menos a sus padres o sencillamente están descolocados por los cambios en sus rutinas (comida, sueño...).
Algunas pautas para ayudarles a normalizar la situación pueden ser:
- Hablarles con serenidad y seguridad de lo que va a pasar: vamos a ir al cole, lo vas a pasar muy bien, después te vendré a recoger y podremos hablar de lo que hemos hecho.
- Volver lo antes posible a las rutinas: horarios de comidas, sueño, tareas...
- Hablar con naturalidad de los compañeros, sus amiguitos, de las profes...
En definitiva, intentar normalizar la situación para que puedan seguir avanzando en el camino de la madurez y el desarrollo.
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